viernes, 20 de junio de 2014


CRONOLOGÍA DE LA ESCALERILLA EN EL CAPAC ÑAN HUAMACHUCO SANCHEZ CARRION LA LIBERTAD PERÚ


El Cápac Ñan, la red vial que hizo factible la administración del imperio inca, no fue construido en un solo momento, al toque del emperador inca desde su sede en Cuzco; más bien, la red que llegó a ser el Cápac Ñan se desarrolló durante siglos, comenzando con senderos uniendo una casa con su vecina, poco a poco desarrollándose a ser caminos uniendo caseríos, aldeas, ciudades, y provincias. Originalmente, no había un plan maestro para la construcción de una red vial que iba a conectar toda la región andina. La red se desarrolló junto con el desarrollo de las comunidades, las que fueron encontradas dispersas por las quebradas, cuencas, valles y punas. Las comunidades, y no el Estado, fueron los primeros autores de la intercomunicación que fue la base de la organización social, económica y política andina. El Estado, sin embargo, fue un segundo autor, manteniendo, mejorando, y ampliando la red.

Como arqueólogo, debo explicar que es difícil fechar la construcción de los caminos. Sin embargo, podemos utilizar la distribución de los asentamientos humanos como una prueba de las conexiones entre ellos. Cuando identificamos dos aldeas contemporáneas y cercanas, es lógico presumir que fueron en contacto. A estas dos, añadimos una tercera y cuarta y, pronto, tenemos el esbozo de una red de comunicación entre comunidades contemporáneas.

Utilizando este criterio, podemos observar que alrededor del tiempo de Cristo, durante la fase Purpucala, la distribución de sitios arqueológicos en la cuenca del Río Yamobamba, pasando por la pampa de Yamobamba y siguiendo por Tres Ríos señala la presencia de una ruta de intercambio entre Huamachuco y sus vecinos sureños en la zona de Cachicadán y Santiago de Chuco. Más allá de la distribución de los sitios arqueológicos, tenemos la evidencia de las artes: durante la fase Purpucala, hay influencia mutua entre el Callejón de Huayllas, Cabana, Santiago de Chuco, y Huamachuco en, por lo menos, las artes escultóricas en piedra y la decoración cerámica.

Poco después, durante la fase Huamachuco Temprano (400-600 después de Cristo), Huamachuco compartía influencias artísticas con Cajamarca. Los centros grandes, realmente importantes y monumentales, de Cerro Sazón y Cerro Tuscan (Miraflores), que flanqueaban la calzada saliendo hacia el norte de lo que ahora es Huamachuco son indicadores de la importancia de esta ruta. Pues, en este entonces la localidad que ahora conocemos como Huamachuco fue todavía un pantano, pero Cerro Sazón, Cerro Tuscan, Cerro Amaru y Marcahuamachuco fueron los centros mayores del norte del Perú.

Por estas indicaciones, podemos hablar, con confianza, de la existencia de un camino inter-provincial entrando en el sur por Coñachugo y saliendo al norte por Puente Piedra y Marcabal antes del Horizonte Medio, o sea antes de la influencia Wari.

En cuanto a La Escalerilla, las evidencias son menos abundantes y menas precisas. Hay ocupación temprana en la colina que sube desde Huamachuco por Agua de Pajaritos y Cerro Santa Bárbara en la fase Sausagocha (900-200 antes de Cristo). Más allá de Cerro Santa Bárbara, las ocupaciones son escasas y es difícil fecharlas. En nuestras investigaciones del camino hemos seguido toda la ruta desde Huamachuco hasta más o menos Huaycorral. Encontramos pocos fragmentos de cerámica, fechando a tiempos modernos pero también a las fases Huamachuco Tardío (600-1000 después de Cristo), Tuscan (1000-1460) y Santa Bárbara (1460-1532). Ubicamos un posible tambito a una altura de más de 4000 m en la subida hacia La Escalerilla. Otro sitio es un pequeño montículo artificial ubicado por un costado del camino en el punto donde, bajando de las alturas de Huayllillas, el viajero vea, por primera vez, a Marcahuamachuco. A pesar de que la construcción de edificios monumentales nuevos en Marcahuamachuco ya se terminó alrededor de 1000 después de Cristo, todavía fue el enfoque para los viajeros bajando por el Cápac Ñan. Por el otro lado de La Escalerilla, bajando hacia el sur, encontramos unos corrales antiguos cerca del Río Pushabal.

Bien, había dos rutas que vincularon Huamachuco con el sur. Una, subiendo por la cuenca del Río Yamobamba desarrolló, en un sentido, más orgánicamente, formando enlaces entre las comunidades de agro-pastores en los terrenos mas habitables y más habitados. Esta es la ruta que mencionó Juan De Betanzos en su narración de la destrucción de Catequil por Atahualpa: “y partió de allí (Guamachuco) por la mañana y durmieron aquella noche en un despoblado que se llama Ñamoc Pampa y luego otro día partió de allí Atahualpa y llegaron a la guaca (Catequil).”

La otra ruta, La Escalerilla pasaba por las alturas inhospitables de Cerro Huaylillas y la Laguna Cushuro. Sin embargo, esta fue la ruta más directa hacia el sur, en la perspectiva cuzqueña, a pesar de que pasaba por terrenos empeñados y casi inhabitados. La Escalerilla fue la “Vía Expresa”, construido más para servir a los diseños imperialistas incas que a las interacciones cotidianas entre los varios pueblos que integraron la provincia de Huamachuco. Además, faltan indicaciones que La Escalerilla fue la ruta preferida por los españoles. Probablemente fue difícil negociar las escalas a caballo. La ruta mencionada en fuentes coloniales, por ejemplo González de Cuenca, Toribio de Mogrovejo, y Cristóbal de Albornoz, es la de Yamobamba. En contraste con la ruta de Yamobamba, La Escalerilla es una ruta artificial impuesto en el paisaje por el estado inca.

Sin embargo, La Escalerilla es un monumento sumamente impresionante. Debe ser declarado Patrimonio de la Humanidad. Es un recurso histórico y turístico único. La experiencia de subir las escalas es algo que nunca me voy a olvidar. Es una lastima que no fue posible compartir la experiencia con mis hijas ni con mis nietos (todavía).

Para mí es interesante el contraste entre dos monumentos famosos huamachuquinos: Mientras que podemos mirar a Marcahuamachuco, sus galerías y galpones, y apreciarlo como el modelo para la arquitectura Wari, y por medio de la influencia Wari en Pikillacta (Cuzco), la inspiración para la arquitectura imperial inca, en el caso de La Escalerilla, vemos la imposición fuerte de las imperialistas cuzqueñas. Ellos mandaron hacer esta ruta por sus fines políticos más que para los fines cotidianos de los huamachuquinos. La arqueología nos demuestra tanto el espíritu innovador de la cultura Huamachuco, como su sujeción a los esfuerzos políticos mayores. Es interesante reflejar como la historia de los caminos, y las carreteras, evidencian la historia de los pueblos y viceversa. Es una historia que estamos viviendo todavía.

viernes, 6 de junio de 2014

YANASARA-2014



 YANASARA LUGAR TURISTICO PARA PASAR UN 

BONITO FIN DE SEMANA

Un viaje a la provincia de Sánchez Carrión, no estaría completo si no se visita Yanasara, un bello rincón interandino a orillas del río Chuzgón. Desde Huamachuco a este balneario de aguas termales hay treinta kilómetros que se recorren el aproximadamente tres horas por una carretera más que interesante atravesando pintorescos caseríos como Sausacocha, Yanac, Olichoco, el siempre temido paso del Potrerillo y Anamuelle, ruta que nos permite apreciar paisajes inolvidables. Unir ambos lugares significa descender desde los 3 169 m.s.n.m. en que se ubica Huamachuco a los 2 200 m.s.n.m. en que se encuentra Yanasara.
  
La carretera empieza a descender luego de pasar la laguna de Sausacocha. Después de Yanac, a la derecha se presenta la quebrada que conduce las aguas del rio Olichocho al rio Chuzgón. Desde Anamuelle se divisa, en su mayor extensión, el valle del rio Chuzgón que corre entre los flancos de la cordillera Occidental y la Central de los Andes cuyo recorrido terminará al encontrarse con el rio Marañón en su paso hacia la selva amazónica. Al frente, podemos divisar los caseríos de Chalar y Cochabamba, abajo Yanasara y mas allá el puente Pallar desde donde parte la carretera que lleva hacia Calemar al pie del Marañón, célebre por ser el lugar donde se desarrolla la novela “La serpiente de oro” del ilustre Ciro Alegría.
 Dejando la carretera que se dirige a Pataz se toma el desvío hacia el Albergue “Padre Jaime Gari” donde uno se puede hospedar con toda comodidad. Al frente están las aguas termales, que por su infraestructura, han hecho célebre a este hermoso rincón andino. Pocos lugares en serranía liberteña nos aseguran buen alojamiento y alimentación, esmerada atención además de hermosos paisajes. En este paraje, de clima templado y agradable, ya no ingresa señal para los teléfonos celulares así que el “descanso y relax” están asegurados. La obligada fogata por la noche, en la que los cuentos de terror son un componente inherente, hacen de ella un recuerdo inolvidable; con mayor razón si aparecen las estrellas fugaces en el firmamento.

Las horas en Yanasara pasan lentas. En medio de la naturaleza, entre sauces, eucaliptos y campos sembrados de panllevar, uno puede preguntarse ¿Cómo es posible que mucha gente no conozca este pequeño y apartado paraíso? Las vivanderas, al pie de los baños termales, están prestas para ofrecernos el chicharrón con mote, el cuy con ajiaco, el caldo de gallina o carnero; otras, las frutas frescas que traen del Marañón, allí están los plátanos, las limas, los limones dulces, las naranjas y las paltas. Los hornos caseros entregan cada mañana el riquísimo “pan serrano”, tan diferente al de la costa. Todo un regalo de Dios.

Ni que decir del reparador chapuzón en la piscina de aguas termales a 40 º de temperatura. Si uno prefiere puede utilizar las pozas privadas o las duchas. Hay para todos los gustos. Estas aguas afloran naturalmente al pie del cerro y son canalizadas hasta las instalaciones debidamente acondicionadas para su disfrute. Análisis realizados nos informan que éstas contienen cloruro de sodio, cloruro de calcio, sulfuro de sodio, hiposulfito de soda y hiero, siendo muy beneficiosas para combatir el reumatismo.

Por sus características Yanasara es uno de los lugares que no provoca dejar, aquellos en los que uno quisiera permanecer más tiempo, de allí su importancia turística. Es un lugar donde se combina el bello paisaje natural y los buenos servicios que se prodigan en el albergue a cargo de los sacerdotes franciscanos. Toda una seguridad para el viajero. Un lugar donde un buen libro o una buena conversación se privilegian.

Yanasara, a mi criterio, está llamada a ser uno de los lugares que todo liberteño debe conocer “antes de morir” y como su paso por Huamachuco es obligatorio, debemos interesarnos por visitar también Markahuamachuco, Wiracochapampa, la laguna de Sausacocha, su Plaza de Armas con sus alegorías botánicas y sentir del mensaje histórico que trasunta la ciudad, cuna de José Faustino Sánchez Carrión, capital que fuera declarada “Ilustre y fiel ciudad” por don José de San Martín y “Tierra clásica de patriotas “ por Simón Bolívar. Toda una garantía de un viaje inolvidable.